lunes, 19 de agosto de 2013

Memories & Blood.


CHAPTER I



La oscuridad, como siempre era su acompañante. La soledad su cobijo y su hermano...

  -¡Basta Dylan!- gritó, pero Dylan pareció no escucharlo y siguió mordiendo a aquél hombre que había visto caminar solo por la carretera desde hace unos kilómetros atrás,
  -Hay que alimentarnos, hermanito- se levantó, echó el cuerpo sl bosque, vio cómo el cadáver se ocultaba entre tanta hierba, se limpió la boca y le sonrió a su hermano- vamos Anthony ¿piensas acabar con la familia Offerman así? ¿sin alimentarte sanamente?
  -Sigamos, nos falta mucho por recorrer- comenzó a caminar, queriendo disfrutar del paisaje. Dylan caminaba a unos metros detrás de él, pensando en la eternidad que le faltaba por vivir.
  -Sabes-comenzó a decir Dylan-  cada vez que nos acercamos a esa asquerosa familia, desaparecen.
  -Lo sé, llevo tiempo pensando en eso.
  -¿Habrá alguien que les informe?
  -Nadie más sabe de esto, nadie que no sea como nosotros. 
  -Eso significa que tenemos un traidor.
  -Un muy buen traidor, Dylan. 
Los dos hermanos siguieron su camino sin dejar de procesar aquella angustia que los mantenía entretenidos.

***

A primera hora de la mañana, Megan y Cristal tomaban cajas del camión de mudanzas, de nuevo tendrían hogar.  Un automóvil se estacionó frente a la casa, André llegaba dispuesto a ayudar a su novia a mudarse.
  -Veo que necesitan ayuda.
  -Sí, los de la mudanza son unos flojos- comentó Cristal que traía una enorme caja. Sin pensarlo dos veces, André se ofreció a llevar esa caja por ella a lo que Cristal aceptó de inmediato para luego entrar a la casa, en donde encontrarían a Megan sentada en el piso, mirando fotografías que había encontrado en una de tantas cajas que ya se habían acumulado en la sala.
  -¿ Tan pocas fotos tenemos de ellos?
  -Solamente los conociste tres años de tu vida, yo 5 y ya no los recuerdo.
  -Yo sí- André se sentó a lado de su novia a mirar todas las fotografías.
  -Qué raro- dijo curioso- tus padres tienen ojos de color y los tuyos cada vez se ven más negros.
  -Carezco de hermosura ocular- bromeó Megan- Cristal es la única que se parece a ellos. No sólo en los ojos, diría que en casi todo.

Después de desempacar la mitad, decidieron tomar un descanso, salir a come y tomar cerveza de camino al concierto.
  -No puedo creer que al momento de escoger la ciudad, HIM anunciara concierto aquí.
Cristal sonríe emocionada.
  -Parece como si nos hubiéramos puesto de acuerdo.
  -Aunque convencerme no fue tan fácil- André recordó aquél día en el que su novia había llegado a su casa al enterarse de que sus padres habían muerto en un accidente, lo encontró acostado en el patio trasero, mirando las estrellas esperando a que sus lágrimas se extinguirán silenciosamente.
  -Los tres necesitábamos un cambio..- sin terminar la oración, Megan se acercó a su novio que miraba el camino para no chocar y lo besó en la mejilla, haciendo que su hermana volteara a otro lado, sabiendo que después de ese beso, llegarían más. 

***
Después de un largo rato, Dylan comenzó a adelantarse, dejando atrás a su hermano quien desde un principio de la caminada, había tomado la delantera. Su ansiedad por más sangre lo hacía idear un plan, lo que lo llevó a recordar a una persona.
  -¡Hey!- gritó Anthony al ver que su hermano estaba tomando otro camino- ¿a dónde vas? es para el otro lado. Genio.
  -Primero necesitamos visitar a una vieja amiga- dijo sin dejar de caminar, haciendo que su hermano tuviera que seguirlo.
  -¿De quien hablas? hace siglos que dejamos las amistades.
  -Exacto, por eso dije vieja,.Genio.
  -¿Quién podría estar en esta ciudad? 
  -te sorprendería saber cuántos vampiros pueden andar observándonos.
  - ¿Al menos sabes en dónde puede estar?
  - No tarda en decirnos, ya sabe que estamos aquí.



Su vestido rojo le hacía resaltar su piel pálida, como si fuera una muñeca de porcelana. Esos labios carnosos, de color escarlata llamaban la atención de Dylan con ganas de besarlos para saborear la sangre que había quedado en  ellos. 
  -Tardaste en acordarte de mi-  se sentó enfrente de ellos mientras su esclavo les ofrecía un poco de vodka en las rocas.
  - Sabes a lo que vengo, no tengo tiempo de andar recordando a todas las personas que me he tomado en tantos años.
  -Oh- suelta insultada-  veo que solamente soy una "conocida", nada más.
  - ¿Aún lo dudas?- sus miradas ardían en recuerdos sensuales que los unían.
  -Bueno- interrumpió Anthony - ¿podrías ofrecernos un techo? 
  -Directo al grano, no has cambiado en nada Anthony- Mily sonrío, tomó un poco de vino y chasqueó los dedos para que su esclavo volviera- preparales dos habitaciones- y éste se retiró de inmediato.
  -Sólo un par de días- prosiguió Anthony.
  -¿En serio crees que te llevará solamente "un par de días"? ¿tan seguro estás? Pensé que Dylan es solamente así, pero, de tí me sorprende.
  -Son sólo dos jóvenes, inútiles..., nada que no podamos.
  -Descienden de una familia de cazadores...
  -Extinta- agregó Dylan dejando el vaso  en la mesita a su lado y posó sus codos en las rodillas encorvando un poco su espalda- no tienen ni idea de eso Mily, sólo las mataremos y ya.
  -Sé que tu plan es acabar con esa familia desde hace siglos. La venganza te mantiene vivo ¿verdad?
  -La venganza me mantiene cuerdo- corrigió para luego levantarse- si no te importa, nos retiraremos. Descansa.

Anthony se levantó rápidamente, agradeció la bebida y se fue detrás de su hermano. Sus habitaciones eran elegantes, adornadas al estilo siglo XVIII, tal como le gustaba a Mily y obviamente a Dylan.


***


El concierto dura dos horas, al salir un poco mareados por el alcohol comienzan la búsqueda del auto, que de tantos ya no recuerdan en dónde lo estacionaron, caminan los tres abrazados, felices y con la adrenalina intacta, deseosos de retener esa experiencia por siempre y que, al recordarla, volver a sentir aquella sensación que experimentaron. 
  -Tardaremos mucho en encontrarlo.
  -¿Por qué no usas las llaves para encontrarlo?- sugirió Cristal quien ya tenía ganas de volver a casa y descansar.
  -Cierto, vaya que me atonté- apretó uno de los botones de la llave y dieron con él, estaban a tan sólo 4 coches del suyo. 

Estaban a punto de irse del estacionamiento cuando a lo lejos escucharon unos gritos que al principio no les hicieron caso hasta que vieron  a varias personas correr asustadas.
  -¿Qué rayos...?
  -No hay que salir del auto- dijo Cristal agarrando del hombro a su hermana quien había pensado en hacerlo para averiguar algo. 
  -¡Nos vamos de aquí ahora mismo!- André arrancó y entre tanta gente y autos lograron alejarse.
Por unos segundos, calles antes de llegar a su casa rompieron el silencio y el miedo.
  -De seguro fue un borracho.
  -Sí, se ponen locos- trató de argumentar lo que André quería decir.
  -Por ese tipo de personas hacen quedar mal al género musical.
  -Así es la sociedad.



  -Vaya que si nos dimos un gran susto- dijo André para luego perderse por unos segundos en la mirada de Megan- Vaya, no sé si sea porque estoy medio ebrio, pero tus ojos están más negros.
  -Tal vez sea la luz del farol- lo abrazó haciendo que éste se recargara más en el auto, no supo si debía decir algo o solamente abrazarla, así que optó por hacer lo segundo.
  -Te protegeré Megan. pase lo que pase, siempre estaré a tu lado- hundió su cabeza en el hombro de ella, oliendo su aroma, deseando lo que no podía obtener.
  - Creo que es mejor que entres ya.
  -¿Qué?
  -Sí, ya no te quedarás en un hotel, es ilógico,  vinimos juntos, nos quedamos juntos.
  -Pero tu hermana no lo aceptará.
  -Creo que ya soy bastante mayor como para tomar mis decisiones, además, lo que pagas en el hotel nos servirá para lo indispensable aquí- sonrió para después besarlo.
  - En la mañana conseguí trabajo- dijo por fin André, lo que desde hace horas quería soltar.
  -¿En serio?- lo volvió a abrazar alegre.
  - seré repartidor de comida italiana, pero..
  -Es perfecto- le interrumpió- cualquier trabajo es honrado y perfecto.
Sus besos los hacían desaparecer de la realidad, encerrarse los dos para disfrutarse mutuamente.

*** 


Dylan caminaba tranquilamente, avanzaba por el largo pasillo hasta toparse con su hermano.
  -¿En dónde estabas?
  -Sólo anunciaba mi visita- sonrió maliciosamente, Anthony pudo notar una pequeña mancha de sangre en el cuello de su camisa blanca mientras Dylan la desabotonaba- será mejor que busques algo para taparte los odios- dijo para luego meterse a la habitación de Mily.
Anthony se quedó mirando el piso, sabía que había llegado la hora de alimentarse, pero odiaba hacerlo, odiaba quitar la vida para mantener la suya, se mordió el labio haciendo que escurriera sangre de él y saboreó para mantener unas cuantas horas más su hambre.