La pelea había cesado, pero lamentablemente el mundo no había quedado como antes, ahora estaba lleno de miedo, pánico…sangre, eran pocos los vampiros que quedaban en la tierra pero Dios los quería muertos, siendo castigados por su poder misericordioso, aquel poder que había mandado en forma de un Ángel.
Tembló la tierra, truenos se escucharon uno tras otro…y de repente todo se calmo haciendo la noche más que silenciosa.
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