La habitación estaba completamente oscura, salvo por una vela en un rincón, cerca de la cama que a los pocos Segundos fue consumida la flama por un leve viento…un soplido, un suspiro de perdición, el calor del acto sexual se había esfumado con los minutos y solamente se escuchaban gemidos…no de placer sino de dolor…
-Me encanta tu piel…tan blanca- decía mientras miraba fijamente a su víctima- me encanta su tacto, frio como el hielo- los gemidos comenzaban a perder sonido, empezaban a desvanecerse entre el silencio y la bella voz de aquella dama- simplemente me encanta la forma en que estás perdiendo la vida- sonrió ligeramente seguido de un suspiro de satisfacción.
-por favor…-susurro el hombre que se encontraba acostado solamente con unas sabanas tapando su cuerpo desnudo por la mitad de la cintura hacia abajo, intento mover un poco su mano derecha para evitar que la suave y delicada mano de aquella dama siguiera tocando su rostro, fue inútil, sus fuerzas se estaban consumiendo por completo.
-tranquilo-susurro ella, acomodo su cabeza en el pecho del pobre hombre pegando su oído a él- tu latido es cada vez más leve…más lento…mas muerto- espero unos minutos más hasta que al fin su corazón dejo de latir, lentamente se separo de él para mirarle fijamente, había muerto con sus ojos abiertos, esos ojos azules tan fríos y llenos de soledad, un hombre joven con una vida por delante es lo que le atraía a Madeleine.
Sin más tiempo que perder tapo el cadáver y beso sus secos y fríos labios como despedida, tomo aquel elegante vestido que se encontraba tirado y con cuidado y paciencia comenzó a ponérselo, se sentó mirándose en el espejo del tocador y comenzó a cepillar su largo y ondulado cabello negro- pobre Leah, tan joven, enamorado y decidido a suicidarse- decía sin dejar de mirarse al espejo mientras se arreglaba- y pobre Madeleine…enamorada, destrozada y…viuda- soltó una ligera risa, se levanto y con toda la tranquilidad que llenaba su frio y muerto cuerpo camino hasta la gran cocina de su casa donde se limito a prepararse un ligero bocadillo para esperar. Pasado una hora y media:
-siento la tardanza- agitado se acerco a Madeleine esperando su respuesta a su lamento.
-no te preocupes Taylor, el señor Leah sigue esperándote en su habitación…
-¿Por qué tan feliz?- preguntó Taylor al ver como Madeleine sonreía constantemente en cada palabra que pronunciaba, Taylor miraba con cierta adoración a la esposa de su hermano.
-¿Qué es lo que hace feliz a una mujer cuando está con su esposo?- Taylor capto de inmediato y sacudió un poco su cabeza para eliminar aquellas imágenes que se habían creado en ella-
-¡Dios!, Madeleine no debiste de decirme eso- rieron los dos- entonces… ¿será buen momento para verlo ahora?
-supongo que sí- tomo un poco de agua- tiene como hora y media que Salí de la habitación, de seguro se ha de estar arreglando- Taylor no perdió tiempo y subió directamente a la habitación…
***
-¡todo esto es un vil engaño!- decía Eliot molesto.
-calma...
-no pienso calmarme Emily…nos envían en barco quien sabe a dónde… ¡quieren perdernos!
-¿perdernos?- Emily no podía evitar sentir inquietud al no saber que le estaba pasando a su novio- ¿Por qué sigues insistiendo en que quieren quitarnos del caso?- Eliot no respondió, ni siquiera volteo a verla, solo se limito a suspirar profundamente teniendo la mirada fija en el mar-
-no me hagas caso- su voz sonaba más serena- de seguro me está afectando esto del estar en medio del mar…solo
-no estás solo…
-en fin…solo quiero llegar a tierra lo antes posible…
Las horas transcurrieron y Eliot sintió un temor al ver que el barco disminuía su velocidad
-¿Qué está pasando?- se preguntó a sí mismo en susurro
-rápido- dijo un hombre llamándoles, sin más que decir o dudar Eliot y Emily caminaron a donde estaban siendo dirigidos hasta llegar a lo más bajo del barco…
-esto cada vez se vuelve más extraño- dijo Emily al ver que dentro del barco se encontraba un submarino- se supone que seriamos dirigidos a…
-y lo serán- interrumpió el señor que los había llevado hasta allí.
***
- es que todo eso es ilógico- insistía Matt mientras Ethan manejaba y miraba detenidamente el paisaje en busca de pistas- ¿Cómo es posible que digas historias sobre la supuesta guerra y que no hayan expedientes?
-por que fueron borrados…
-si como no, resulta que todo fue borrado…es estúpido..
-di lo que quieras, pero estúpido o no esa historia tiene relación con los asesinatos…
-¿y el hombre que cayó del cielo?
-lo dudo, de seguro fue un problema con algún avión y…
-¿¡que!? El hombre sobrevivió, más bien revivió como si tuviera poderes mágicos…- Ethan detuvo el auto-
-¿crees en el poder divino?
-pues no soy muy religioso que digamos pero si- Matt miro fijamente a Ethan.
-¿y no has llegado a pensar que tal vez Dios creó a otras criaturas aparte de nosotros?
-creo que su error fue el crear un enemigo- Ethan se quedo pensando en lo que había dicho Matt, esa frase había hecho cambiar sus ideas.
-el enemigo…el diablo…
-un ángel hermoso, el arcángel…
-Lucifer…